Descubre, en este artículo, por qué cuidar tu postura corporal cuando estudias es muy importante.
Sueles estudiar sentado, delante de tu escritorio y acostumbras a dedicarle, como mínimo, un par de horas al día. En ocasiones, muchas más.
Permanecer sentado mucho tiempo es muy poco saludable. ¿Te suena ese gesto de tocarte el cuello o rotarlo para buscar un poco de alivio? En realidad, el ser humano no ha nacido para estar sentado (postura en sedestación). No es natural. Debes ser consciente de ello y poner en práctica algunas recomendaciones para mejorar tu ergonomía si no quieres que tus cervicales o lumbares, las contracturas o el dolor de espalda te obliguen a detener tu tiempo de estudio para acudir al fisioterapeuta. Hábitos posturales correctos y mobiliario adecuado son, en realidad, las claves para que tu cuerpo y, en particular, tu columna vertebral no sufra.
Por ello, compartimos contigo algunos consejos que, aunque a priori pueden parecerte obvios, te aseguramos que, si los sigues al pie de la letra, marcarán un antes y un después en la calidad de tu estudio y, sobre todo, en tu rendimiento.
1. Una buena mesa y silla son elecciones estratégicas
La mesa debe coincidir en altura con tu estómago y siempre debe permitirte descansar tus antebrazos. Evita estudiar en la cama o en el sofá. Acabarás con una postura incómoda.
Lo mejor para sentarte: una silla ergonómica. Es decir, que te permita ajustar el respaldo, que se pueda girar y que también puedas regular en altura en función de la de la mesa. ¡Y no te sientes al borde de la silla!
2. Un pequeño descanso
Realiza pausas y levántate con el fin de que puedas reactivar la circulación sanguínea, oxigenar y estirar la musculatura. Cada 45 minutos.
3. Siéntate bien
Nadie te ha enseñado a sentarte bien. ¡Sigue el truco de los 90º! El muslo y la pierna deben formar un ángulo recto. Tus rodillas deben estar al nivel de tus caderas y coloca los pies horizontalmente en el suelo.
4. Accesorios
Si utilizas ordenador es posible que necesites un elevador para que la parte superior del mismo esté a la altura de tus ojos. Compruébalo porque si tal y como lo tienes colocado ahora, estás doblando el cuello tarde o temprano tus hombros, cuello y espalda se resentirán.
Y si al sentarte tus pies no han alcanzado el suelo, hazte con un reposapiés.
5. Cuidado al cruzar
Por cierto, ¿eres de los que se sientan a estudiar cruzando las piernas? Olvídate desde ya de este hábito para evitar que se te duerman las piernas y esos incómodos hormigueos.
Y recuerda… ¡A buen estudio, buena postura!