Descubre en este artículo los motivos por los que debes incorporar el storytelling en la comunicación de tus trabajos.
Hoy has sido a clase. Estás estudiando un Máster y hay tarea por delante. Este fin de semana tienes que preparar una presentación para compartirla en clase la semana que viene.
¿Por dónde empiezas?
Actualmente, cada uno de nosotros, estamos sometidos a cientos y miles de impactos diarios; un cambio de gran trascendencia a la hora de comprender la comunicación. Por ese motivo, la economía de la atención es hoy, más que nunca, un punto de partida que debes tener muy presente cuando tienes por delante el reto de comunicar una idea, una propuesta o un trabajo.
Sabes lo que tienes que contar, pero ¿cómo contarlo para conectar con tu audiencia? ¿Cómo puedes impactar para que pongan todos sus sentidos en lo que estás contando? Si no lo logras, cada una de las personas a las que te diriges -en este caso tus compañeros de clase- desconectarán sus cerebros de la presentación a la que les has dedicado tu fin de semana para repasar la lista de la compra que tienen que hacer después de salir de clase o para mirar el reloj y calcular cuánto tiempo queda para que acabes.
Las personas somos así, y así funciona nuestra mente. Para comunicar y conectar tienes que emocionar y, justo ahí, el storytelling o el arte de contar historias puede convertirse en tu gran aliado.
Hay dos preguntas importantes que debes hacerte después de concretar qué quieres comunicar. La segunda hace referencia a quién es tu audiencia y la tercera es cómo lo cuento. Contar no es solo explicar. Contar implica mostrar y poner en escena.
Una historia, una estructura narrativa de tres actos, un protagonista, un conflicto… El storytelling aplica las clásicas técnicas narrativas para crear un relato y combinarlo con la información más rigurosa dándote la posibilidad de que mezcles datos con historias que capten la atención del público.
A comunicar aplicando el storytelling se aprende. Es cuestión de que empieces a tenerlo en cuenta, que pruebes, que practiques y perfecciones. Recuerda que nuestro cerebro interpreta la realidad en imágenes, así que utiliza el storytelling para crear esas imágenes apoyándote, por ejemplo, en metáforas. Y no olvides que un PowerPoint debe ser solo un soporte a tu storytelling y no una sucesión de diapositivas llenas de cajas de texto que te limitas a leer.
Steve Jobs es un excelente ejemplo de storyteller. Un inspirador que contaba sus nuevos productos a través de historias que ponía en escena. Sin duda alguna, Jobs no solo ha conseguido transformar el mundo sino trascender: porque ha impactado.
Como en tantas historias, la suya también contiene una manzana.
Estamos aquí para dar un mordisco al universo. Si no, ¿Para qué otra cosa podemos estar aquí?
Steve Jobs
Os dejamos un ejemplo de storytelling de Steve Jobs en la presentación del iPhone en 2007.